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viernes, 29 de enero de 2010

Rearmado y agregado en 'Escaladas'


El mismo día (y un rato antes) que publiqué "Dos distracciones", dividí en dos partes, 1 y 2, "Escaladas" y agregué como parte 2 el epígrafe del episodio "El aguijón", de Futurama, incluí el que hasta entonces era el último párrafo ("La velocidad del vuelo... despertar de la pesadilla") y agregué el segundo párrafo (al día siguiente le agregué al primer párrafo de 2 la primera oración: "Por supuesto, no es lo mismo esperar 15 días..."):

Por supuesto, no es lo mismo esperar 15 días que recordarlos recién cumplidos. La velocidad del vuelo de las horas o los días de una situa­ción es pro­por­cio­nal a la intensidad de nues­tros deseos de per­ma­ne­cer ahí (velocidad alta: “Se me pasó volan­do; ¿ya termi­na­mos?”) o de salir (baja: “Se me hizo de goma; ¿toda­vía segui­mos?”); de recibir o de evitar la conti­nua­ción de esa his­to­ria; de no aban­do­nar ni per­der el sueño o de des­per­tar de la pesa­di­lla.

Cuanto más intensa es la pesadilla, más tarde sentiremos que sa­li­mos de ella. Una intensidad igual pero placentera habría he­cho que los 15 años de una agonía le parecieran a Fry 15 segundos (si pueden com­bi­nar­se así, no debe haber peor desen­la­ce de un pla­cer ni mejor conti­nua­ción de una agonía). En todo caso, no sería una exageración mayor que la otra, además de pre­fe­ri­ble.

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