El sábado pasado, Diego nos hacía notar que “Tomy y Daly” tenían su autonomía, que podían ser una serie independiente de “Los Simpsons”. Me acordé de este ensayo e imaginé otro similar, que le conté. Pero después vi que el argumento era tan parecido que mejor iba a ser agregarlo al ensayo ya escrito. Su antepenúltimo párrafo hasta hoy llegaba hasta acá:
En igualdad de peso de razones, lo más simple es imaginarle a lo que fueron esas ruinas funciones simplemente religiosas, sin otra vuelta de tuerca. No habiendo ilimitados recursos, aplicar muchos para hacer esa vuelta adicional es un gasto especial que debería justificarse con algún indicio o presunción. La evidencia, en nuestro caso, recién llega con el segundo hallazgo; antes, ni siquiera hay por qué creer que existe.
Desde hoy sigue así:
[...] La evidencia, en nuestro caso, recién llega con el segundo hallazgo; antes, ni siquiera hay por qué creer que existe. Es como si alguien afirmara que los episodios de “The Itchy & Scratchy show” que había en la cápsula desenterrada en realidad formaban parte de algo mayor, intercalados con los episodios de otra serie o incrustados en alguna (por ejemplo, en pantallas que miran personas de carne y hueso, u otros dibujos animados). Y se puede ir todavía más lejos: si conjeturamos una inserción no habiendo ningún indicio, ¿por qué no conjeturamos una más, y otra? Si es por no ser imposibles, lo cumplen.
Hasta acá el ensayo se tituló “Dos hallazgos (o uno en dos tiempos)”. Decidí volver al primer título.