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jueves, 30 de junio de 2011

Un experimento con Funes 001 (1.0.0)


En su primera versión, el ensayo consistía únicamente en lo que ahora es su sección 1. Acabo de agregarle la 2:
2.
          «Sabía las formas de las nubes australes del amanecer del 30 de abril de 1882 y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro en pasta española que sólo había mirado una vez y con las líneas de la espuma que un remo levantó en el Río Negro la víspera de la acción del Quebracho.»

          “Funes el memorioso”, de J. L. Borges.

Resumamos y avancemos. Alcanzadas una y otra infalibilidad, no se percibe algo mejor de lo que se lo recordará. De ahí que esa reconstrucción de un día de experiencias acabe siendo una duplicación.
Para que el duplicado no se distinga de lo duplicado (ausente –la experiencia es pasada– o presente –la experiencia es simultánea al recuerdo de una experiencia idéntica–), Funes necesita olvidar los meta-tags que los distinguen, que de uno informan que es una percepción y de otro que es un recuerdo. Son los mismos meta-datos que necesita no olvidar para poder comparar recuerdos tan disímiles y distantes como las formas de unas nubes, las vetas de un libro y las líneas de una espuma.


El único cambio que le hice al apartado 1 estuvo en el paréntesis del final: donde decía “(he aquí un solapamiento perfecto)” ahora dice “(maaarrche un solapamiento perfecto)”.

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