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lunes, 26 de diciembre de 2011

Engaños 001 (0.1.0)


En horas de la mañana de ayer, 25 de diciembre de 2011, agregué al final del ensayo el asterisco de llamada con la nota que se despliega al hacer click, que dice esto:
Así como levantarme es levantarme yo solo, sin que nadie me levante, ni otro ni yo a mí mismo, engañarse es engañarse uno solo, sin que nadie lo engañe, ni otro ni uno mismo. En la escena de un engañarse no hay un agente y responsable del engaño (las dos posibilidades del rol –u otro o uno mismo– fueron negadas). Lo que queda es alguien de quien se puede decir que experimenta el engaño, que está engañado, pero no cómo llegó ahí, si se puso a sí mismo en ese estado o si lo puso otro. Si lo hubiera puesto ahí otro, en lugar de un engañarse tendríamos un ser engañado (por ese otro). Forma parte del engaño el no ser advertido, disimulo difícil de lograr cuando el engañador es el mismo que el engañado: si yo, el engañador, sé que hay un engaño (porque lo hago, pr ejemplo), yo, el presunto engañado por mí mismo, no puedo no saberlo (salvo, por ejemplo, que el rol se me olvide una vez interpretado). Luego, si sé que me estoy engañando a mí mismo, es que no lo estaré haciendo muy bien. No puedo ser el cazador y la presa.

PD 26-12-2011, 14:50 y 19:10h: Hice algunos leves cambios en la nota. Ahora dice esto:
Así como levantarme es levantarme yo solo, sin que nadie me levante, ni otro ni yo a mí mismo, engañarse es engañarse uno solo, sin que nadie lo engañe, ni otro ni uno mismo. En la escena de un engañarse no hay un agente y responsable del engaño: las dos posibilidades del rol –u otro o uno mismo– están bloqueadas. Lo que queda es alguien de quien se puede decir que experimenta el engaño, que está engañado, pero no cómo llegó ahí, si se puso a sí mismo en ese estado o si lo puso otro.
Si lo hubiera puesto ahí otro, en lugar de un engañarse tendríamos un ser engañado (por ese otro). ¿Pudo haberse puesto a sí mismo ahí? Forma parte del engaño el no ser advertido, disimulo difícil de lograr cuando el engañador es el mismo que el engañado: si yo, el engañador, sé que hay un engaño, yo, el presunto engañado por mí mismo, no puedo no saberlo (puedo negarlo u olvidarlo después, no durante). Luego, si sé que me estoy engañando a mí mismo, es que no lo estaré haciendo muy bien, aun cuando lo esté haciendo lo mejor que pueda (o sea, al máximo de lo que la lógica me deja, lo que no impide que psicológicamente pueda ser suficiente). No es algo que dependa de mis capacidades: simplemente no se puede ser el cazador y la presa en la misma cacería (si “la lucha es de igual a igual contra uno mismo, eso es” empatar, que no es cualquier forma de demorarse).

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