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lunes, 27 de mayo de 2013

Duda 015 (5.3.0)


Cambio de mediana importancia en la sección 2.1 del ensayo. Antes decía esto:
También Dante (La Divina Comedia, Paraíso, Canto IV, 1-3) prescinde del asno:
Intra duo cibi, distanti e moventi
D’un modo, prima si morria di fame
Che liber’omo l’un recasse ai denti
,
que traducido viene a decir: “Entre dos alimentos, alejados y apetitosos / por igual, antes moriría de hambre / el hombre libre que hincase a uno el diente”.

Al resumir las tesis de Schopenhauer en Über die Freiheit des menschlichen Willens, Paolo Zellini (Breve historia del infinito, Madrid, Siruela, 1991; página 113) escribe:
No es casual que esa fuente característica de falsa infinitud que Leopardi y Hegel localizaron en el deseo esté también vinculada, de algún modo, a las antinomias de la libertad. Cuando se desean simultáneamente dos objetos, se configura con ello un estado psicológico en el que la dualidad existe como hecho potencialmente paralizador. Esa misma dualidad, llevada más allá de los confines del deseo que la ha generado, hasta invadir la esfera de la decisión y de la resolución final, provocaría un estado real de indecisión irresoluble del hombre absurdamente libre ante dos opciones antitéticas.
(Lo que vale para la voluntad de un sujeto vale para la necesidad de un juego o la de un jugador.)
Ahora dice esto:
También Dante (La Divina Comedia, Paraíso, Canto IV, 1-3) prescinde del asno:
Intra duo cibi, distanti e moventi
D’un modo, prima si morria di fame
Che liber’omo l’un recasse ai denti
,
que traducido viene a decir: “Entre dos alimentos, alejados y apetitosos / por igual, antes moriría de hambre / el hombre libre que hincase a uno el diente”.
La referencia y la traducción se encuentran en la página 112 de Breve historia del infinito (Madrid, Siruela, 1991; VII, “La igualdad”), donde Paolo Zellini comenta «una memoria de A. Schopenhauer acerca de la libertad del querer (Über die Freiheit des menschlichen Willens), premiada por la Sociedad Noruega de Ciencias en 1839». Zellini cita a un Dante que «supo ejemplificar» con esos versos la «duplicidad irresoluble» a la que «el hombre realmente libre estaría condenado». Si la libertad absoluta de acción es la falta absoluta de condicionamientos, y entre éstos se cuenta el tener razones para preferir, no queda otra que ver
el verdadero estado de libertad como indiferencia absoluta, como ausencia de cualqier razón suficiente determinante; y ese estado de libertad (el «liberum arbitrium indifferentiae») coincidiría extrañamente con una total contingencia. Entre dos llamamientos contrarios a la elección y a la acción, el hombre libre no sabría en verdad qué hacer, al carecer de una inclinación unívoca y de un motivo interior, y lo que no consigue situarse en relación con una causa o una razón suficiente que le comunique el signo o la característica de la necesidad es por definición, justamente, contingente.
El ejercicio máximo de la voluntad, idealmente libre, termina equivaliendo a una tirada de dados.
Una página después, Zellini escribe:
Cuando se desean simultáneamente dos objetos, se configura con ello un estado psicológico en el que la dualidad existe como hecho potencialmente paralizador. Esa misma dualidad, llevada más allá de los confines del deseo que la ha generado, hasta invadir la esfera de la decisión y de la resolución final, provocaría un estado real de indecisión irresoluble del hombre absurdamente libre ante dos opciones antitéticas.
(Lo que vale para la voluntad de un sujeto vale para la necesidad de un juego o la de un jugador.)

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