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viernes, 17 de junio de 2022

Teléfono no roto 030 (8.3.2)



17/6/22: Breves agregados en la sección 1:



   Para bailar un tango se necesitan dos; para un dictado por teléfono, también; para una transmisión radial en vivo, mínimo dos (una audiencia apenas empeorable). Una condición estructural común a –y definitoria de– ambos encuentros sincrónicos es ser co-presencias necesarias. Otras interacciones pueden darse en diferido, incluso si son orales, como el mensaje que se dejaba en un contestador automático o el audio que se deja en una app de mensajería.
   Con la escritura se inventó el mensaje diferido; si mi destinatario estuviera conmigo, no necesitaría escribirle una carta. Pero el chat de Skype anulaba esa diferencia con lo oral, se negaba a ser una mensajería y la co-presencia era –no sé cómo es ahora– una condición obligatoria: “El mensaje será enviado a X cuando los dos estén conectados al tiempo” (que significa “a la vez” pero te hace divagar que X no sólo se desconectó de Skype, sino también del tiempo).
   Diluyamos esa similaridad en tres diferencias...

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