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martes, 26 de julio de 2022

Narrar y describir 004 (2.0.1)



26/7/22. Acabo de unificar los dos primeros párrafos de la sección 3, después de eliminar gran parte de lo que había ahí y agregar parches de texto:



   Lista y cadena no definen qué es una descripción y una narración; sólo son su morfología para casos plurales. Es cierto que sus diferencias morfológicas son distintivas, porque indiferente al orden siempre es la descripción y nunca la narración. Pero no son diferencias definitorias: no es que algo es una descripción porque no tiene un orden o es una narración porque tiene; al revés: es un agrupamiento sin orden porque es una descripción y uno con porque es una narración. ¿Y si no es un agrupamiento, sino un enunciado suelto? ¿Y qué pasa con los casos singulares? ¿Cómo sabemos si un enunciado suelto describe o narra?
   Es cierto que ese proto-item o ese proto-eslabón no constituye una lista o una cadena, pero eso no impide que lo reconozcamos como descriptivo o narrativo. Y sabemos si es una cosa o la otra por mera semántica verbal. Por mera semántica verbal. «Una vaca se comió se compró una flor» es un acontecimiento: se narra, se cuenta; «...porque estaba de muy buen humor» es un estado: se describe. (Y decir esto sobre esa acción o el estado que la explica es un comentario.)


domingo, 24 de julio de 2022

Narrar y describir 003 (2.0.0)



24/7/22. En la madrugada y la tarde de ayer hice cambios mayores en el ensayo. Eliminé una caracterización propia de los predicados verbales (desinentes vs permanentes, según Andrés Bello; télicos y atélicos, en la Gramática de Ángela Di Tullio), que le había aplicado a narrar y describir, creo ahora que forzándolos a aceptarla. También pasé párrafos de acotación al nivel principal y dividí la sección 2, por lo que ahora hay 3.
Esta es la primera versión sin el cartelito ocre de vidriera en preparación. En la copia que sigue, lo tachado son partes eliminadas y lo subrayado partes agregadas:





1.

   El dibujo de Quino que motivó el ensayo “Teléfono no roto” narra una historia: la impaciencia de la fila aumenta de la viñeta 1 a la 2. Uno de los dos co-protagonistas describe lo que el otro convierte en una pintura, según descubrimos en la viñeta 3 (que es el otro lado de la 2, no su continuación; hay dos momentos de una historia, el segundo a doble faz).
   Este ensayo es un desprendimiento de aquel, una digresión que creció demasiado como para quedar ahí. Volvamos a hablar de cuadros y secuencias. Empecemos por un

Glosario

Narrar = relatar lo que ocurre (1) o contar lo que ocurrió (2) = ir respondiendo a la pregunta “¿Y ahora qué?” (1) o “¿Y qué pasó después?” (2).
Describir = relatar lo que hay (1) o evocar lo que había (2) = responder a la pregunta “¿Qué hay y cómo es?” (1) o “¿Qué había y cómo era?” (2).

   La narración es télica: se dirige –o se espera que se dirija– a un final que complete y cierre la historia, bueno o malo, feliz o triste, etc. (“Fue un final y punto”). Resolver una historia es resolver todos sus enigmas (o sea, obtener respuesta para todas las preguntas típicas del método que se puedan hacer ahí).
   La descripción es atélica: entre un cuadro y otro no hay un rumbo que nos lleve a uno último, como entre un eslabón de la narración y otro. Entre eslabones de una narración hay dependencias; entre items de una descripción, no, y por eso pueden ir en cualquier orden (esto –y sus consecuencias– es lo que incomoda a quienes critican la descripción como «método de plasmación» principal, no suficientemente subordinado a la narración). Lo más cercano a una narrativa que puede hacerse con cuadros independientes es una curaduría.
   Simplificando mucho, narrar es convertir un segmento de discurso en un eslabón, que será el que reciba al próximo segmento para que se convierta en el próximo eslabón e integre en el mismo acto la cadena. Los eslabones ya se fabrican eslabonados; la narración es esa fabricación, esa máquina de hacer cadenas, como lo ilustra una literal:


2.

   Más allá de cómo se presenten (syuzhet), los hechos narrados sucedieron en un orden (por razones causales o casuales), al que los formalistas rusos llamaban fábula. En este sentido, la narración sería otra con otro orden fabulesco. La descripción es una lista, que está en algún orden pero podría estar en cualquier otro sin dejar de ser esa misma lista.
   Es la diferencia que hay entre un conjunto y una serie: un número cardinal nos dice cuántos elementos tiene un conjunto, sin importar en qué orden puedan estar; un número ordinal nos dice qué posición en la serie tiene un elemento, qué término es (el 2º o el 6º de una fila, por ejemplo).
   Hay dos tipos de conjuntos que, por su cardinalidad, aun si no hicieran abstracción de lo ordinal desconocerían lo que es un orden: el conjunto vacío y cualquier conjunto unitario.
   Borges agregaría un conjunto infinito, pero eso es un prejuicio nacido de parte de su horror infiniti; sin ir más lejos, la serie natural {1, 2, 3, ...} es infinita y está ordenada.
   No sólo con 0 (cero) elementos no hay algo a ordenar, sino tampoco con 1 (uno). Para ignorar o significar un orden se necesitan al menos 2 (dos) elementos. Una lista de 1 item, más que lista es un chiste:

Los Simpsons 03x11: “Burns y los alemanes”

   Conclusión: Recapitulemos. La lista (o enumeración) mínima no tiene 1 item, sino 2; la cadena mínima no tiene 1 eslabón, sino 2. Para activarse, la diferencia tónica/átona necesita al menos 2 sílabas, el doble de las que tiene un monosílabo. El item y el eslabón solitarios también deberían duplicar su número para ser los primeros de una lista y de una cadena, desde mínimas (2 unidades) en adelante. Menos que eso es como decir que salí 1º en una carrera en la que largué solo: sin nadie que haga al menos de 2º y último, no hay carrera; hay un paseo solitario, aunque sea sobre una pista. Sin 2 no hay diferencia (y a veces tampoco sin 3).
   Va de nuevo, con un leve cambio de perspectiva. El 1º grado de tildación (identificación de la sílaba tónica de la palabra) tiene una palabra disilábica (el 2º grado, una trisilábica; etc.); un monosílabo es el grado 0 (cero). El 1º grado de "listacidad" tiene 2 items; el grado 0 es un item solo. El 1º grado de "cadenidad" tiene 2 eslabones; el grado 0 es un eslabón solo. A partir de 2, la lista apila y la cadena eslabona.

3.

   Lista y cadena no definen qué es una descripción y una narración; sólo son su morfología para casos plurales. Es cierto que sus diferencias morfológicas son distintivas, porque indiferente al orden siempre es la descripción y nunca la narración. Pero no son diferencias definitorias: no es que algo es una descripción porque no tiene un orden o es una narración porque tiene; al revés: es un agrupamiento sin orden porque es una descripción y uno con porque es una narración. ¿Y si no es un agrupamiento, sino un enunciado suelto? ¿Cómo sabemos si describe o narra?
   Es cierto que ese proto-item o ese proto-eslabón no constituye una lista o una cadena, pero eso no impide que lo reconozcamos como descriptivo o narrativo. Y sabemos si es una cosa o la otra por mera semántica verbal. «Una vaca se comió se compró una flor» es un acontecimiento: se narra, se cuenta; «...porque estaba de muy buen humor» es un estado: se describe. (Y decir esto sobre esa acción o el estado que la explica es un comentario.)
   Hay varias clasificaciones semánticas de los predicados verbales. En la de S. Dik, que usa dos parámetros (dinamismo y control: cambio y voluntad), los eventos de una narración son dinámicos, sean controlados (acciones) o no (procesos), y los eventos de una descripción son estáticos, sean controlados (posiciones) o no (estados).
   Si la vaca estaba de muy buen humor, es que había pasado de no estar a estar así, y esa secuencia ya es narrativa, y con ella el verbo 'estar'. Pero ese cambio está implícito: se infiere, no se ve; se ve (se enuncia) un estado o una ubicación, se infiere el cambio del que resultan. El viaje del que ese estado o esa ubicación son una parada y una instantánea es lo narrativo implicado en el verbo 'estar'; pero la instantánea con un estado o una ubicación es descriptiva.
   En resumen, los enunciados de estados o ubicaciones describen algo o a alguien, junto con los enunciados de 'ser' y 'haber'/'tener' (son bastante intercambiables: “Había muchas flores en esa florería” ≊ “Esa florería tenía muchas flores”).
   Para volver a decirlo de otra manera y con otro ejemplo: definiendo una categoría (“Un extraterrestre es alguien de otro planeta”), categorizando una identidad (algo o alguien: “Krypton es un planeta”, “Superman es un extraterrestre”), identificándola (“Ese es Superman”), caracterizándola (“Superman es muy fuerte”), dando su estado (“Superman está alegre preocupado”) o su ubicación (“Superman está en esa casa”), describimos, sea con 1 item o con varios. Y cualquier cosa que haga Superman (volar, detener un tren, etc.), que le hagan (atacarlo, descubrirlo, etc.) o que le pase (alegrarse preocuparse, ser atacado enfermarse, etc.), la narramos, ya sea usando 1 viñeta (no hay desarrollo) o más de 1 (sí hay).
   Desde ya, lo más común es que un discurso alterne narración con descripción, a veces interrumpiendo una descripción para narrar y a veces –casi siempre– al revés.


sábado, 23 de julio de 2022

Narrar y describir 002 (1.1.0)



Anteayer le agregué más párrafos al ensayo, que hasta ahora se ve así:



VIDRIERA EN PREPARACIÓN

Si ves esta advertencia, es que el ensayo aún está en construcción. Yo esperaría a que no esté este cartel.



1.

   El dibujo de Quino que motivó el ensayo “Teléfono no roto” narra una historia: la impaciencia de la fila aumenta de la viñeta 1 a la 2. Uno de los dos co-protagonistas describe lo que el otro convierte en una pintura, según descubrimos en la viñeta 3 (que es el otro lado de la 2, no su continuación; hay dos momentos de una historia, el segundo a doble faz).
   Este ensayo es un desprendimiento de aquel, una digresión que creció demasiado como para quedar ahí. Volvamos a hablar de cuadros y secuencias. Empecemos por un

Glosario

Narrar = relatar lo que ocurre (1) o contar lo que ocurrió (2) = ir respondiendo a la pregunta “¿Y ahora qué?” (1) o “¿Y qué pasó después?” (2).
Describir = relatar lo que hay (1) o evocar lo que había (2) = responder a la pregunta “¿Qué hay y cómo es?” (1) o “¿Qué había y cómo era?” (2).

   La narración es télica: se dirige a un final que complete y cierre la historia, bueno o malo, feliz o triste, etc. (“Fue un final y punto”). Resolver una historia es resolver todos sus enigmas (o sea, obtener respuesta para todas las preguntas típicas del método que se puedan hacer ahí).
   La descripción es atélica: entre un cuadro y otro no hay un rumbo que nos lleve a uno último, como entre un eslabón de la narración y otro. Lo más cercano a una narrativa que puede hacerse con esos cuadros sueltos es una curaduría.
   Simplificando mucho, narrar es convertir un segmento de discurso en un eslabón, que será el que reciba al próximo segmento para que se convierta en el próximo eslabón e integre en el mismo acto la cadena. Los eslabones ya se fabrican eslabonados; la narración es esa fabricación, esa máquina de hacer cadenas, como lo ilustra una literal:


2.

   La narración es una secuencia y sería otra en otro orden. La descripción es una lista, que está en algún orden pero podría estar en cualquier otro sin dejar de ser esa misma lista. Es la diferencia que hay entre un conjunto y una serie: un número cardinal nos dice cuántos elementos tiene un conjunto, sin importar en qué orden puedan estar; un número ordinal nos dice qué posición en la serie tiene un elemento, qué término es (el 2º o el 6º de una fila, por ejemplo).
   Hay dos tipos de conjuntos que, por su cardinalidad, aun si no hicieran abstracción de lo ordinal desconocerían lo que es un orden: el conjunto vacío y uno unitario (Borges agregaría un conjunto infinito, pero eso es un prejuicio nacido de su horror infiniti). No sólo con 0 (cero) elementos no hay algo a ordenar, sino tampoco con 1 (uno). Para ignorar o significar un orden se necesitan al menos 2 (dos) elementos. Una lista de 1 item, más que lista es un chiste:

Los Simpsons 03x11: “Burns y los alemanes”

Toma 1
   Conclusión: la lista (o enumeración) mínima no tiene 1 item, sino 2; la cadena mínima no tiene 1 eslabón, sino 2. Para activarse, la diferencia tónica/átona necesita al menos 2 sílabas, el doble de las que tiene un monosílabo. El item y el eslabón solitarios también deberían duplicar su número para ser los primeros de una lista y de una cadena, desde mínimas (2 unidades) en adelante. Menos que eso es como decir que salí 1º en una carrera en la que largué solo: sin nadie que haga al menos de 2º y último, no hay carrera; hay un paseo solitario, aunque sea sobre una pista. Sin 2 no hay diferencia (y a veces tampoco sin 3).

Toma 2
   El 1º grado de tildación (identificación de la sílaba tónica de la palabra) tiene una palabra disilábica (el 2º grado, una trisilábica; etc.); un monosílabo es el grado 0 (cero). El 1º grado de "listacidad" tiene 2 items; el grado 0 es un item solo. El 1º grado de "cadenidad" tiene 2 eslabones; el grado 0 es un eslabón solo. A partir de 2, la lista apila y la cadena eslabona.
   Lista y cadena no definen qué es una descripción y una narración; sólo son su morfología para casos plurales. Es cierto que sus diferencias morfológicas son distintivas, porque indiferente al orden siempre es la atélica descripción y nunca la télica narración. Pero no son diferencias definitorias: no es que algo es una descripción porque no tiene un orden o es una narración porque tiene; al revés: es un agrupamiento sin orden porque es una descripción y uno con porque es una narración. ¿Y si no es un agrupamiento, sino un enunciado suelto? ¿Cómo sabemos si describe o narra?
   Es cierto que ese proto-item o ese proto-eslabón no constituye una lista o una cadena, pero eso no impide que lo reconozcamos como descriptivo o narrativo. Y sabemos si es una cosa o la otra por mera semántica verbal. «Una vaca se comió compró una flor» es un acontecimiento: se narra, se cuenta; «...porque estaba de muy buen humor» es un estado: se describe. (Y decir esto sobre esa acción o el estado que la explica es un comentario.)
   Si la vaca estaba de muy buen humor, es que había pasado de no estar a estar así, y esa secuencia ya es narrativa. La semántica del verbo 'estar' no es descriptiva, como la del verbo 'ser', pero sí lo es su pragmática: los enunciados de estados o ubicaciones de algo o alguien son usados para describir la situación de ese algo o alguien, junto con los enunciados de 'ser' y 'haber'/'tener' (son bastante intercambiables: “Había muchas flores en esa florería” ≊ “Esa florería tenía muchas flores”).
   Para decirlo de otra manera y con otro ejemplo: definiendo una categoría (“Un extraterrestre es alguien de otro planeta”), categorizando una identidad (algo o alguien: “Krypton es un planeta”, “Superman es un extraterrestre”), identificándola (“Ese es Superman”), caracterizándola (“Superman es muy fuerte”), dando su estado (“Superman está alegre”) o su ubicación (“Superman está en esa casa”), describimos, sea con 1 solo item o con varios.
.    Cualquier cosa que haga Superman (volar, detener un tren, etc.) o que le pase (alegrarse, ser atacado, etc.), la narramos, ya sea usando 1 viñeta (no hay desarrollo) o más de 1 (sí hay).
   Desde ya, lo más común es que un discurso alterne narración con descripción, a veces interrumpiendo una descripción para narrar y a veces –casi siempre– al revés.

miércoles, 20 de julio de 2022

Narrar y describir 001 (1.0.0)


Cambios mayores. Hubo varios agregados y alguna supresión en el ensayo de este mes. Sigue el cartel de Vidriera en preparación.


VIDRIERA EN PREPARACIÓN

Si ves esta advertencia, es que el ensayo aún está en construcción. Yo esperaría a que no esté este cartel.



1.

   El dibujo de Quino que motivó el ensayo “Teléfono no roto” narra una historia: la impaciencia de la fila aumenta de la viñeta 1 a la 2. Uno de los dos co-protagonistas describe lo que el otro convierte en una pintura, según descubrimos en la viñeta 3 (que es el otro lado de la 2, no su continuación; hay dos momentos de una historia, el segundo a doble faz).
   Este ensayo es un desprendimiento de aquel, una digresión sobre uno de sus temas, narrar y describir, que creció demasiado como para quedar ahí. Volvamos a hablar de cuadros y secuencias. Empecemos por un

Glosario

Narrar = relatar lo que ocurre (1) o contar lo que ocurrió (2) = ir respondiendo a la pregunta “¿Y ahora qué?” (1) o “¿Y qué pasó después?” (2).
Describir = relatar lo que hay (1) o evocar lo que había (2) = responder a la pregunta “¿Qué hay y cómo es?” (1) o “¿Qué había y cómo era?” (2).

   La narración es télica: se dirige a un final que complete y cierre la historia, bueno o malo, feliz o triste, etc. (“Fue un final y punto”). Resolver una historia es resolver todos sus enigmas (o sea, obtener respuesta para todas las preguntas típicas del método que se puedan hacer ahí).
   La descripción es atélica: entre un cuadro y otro no hay un rumbo que nos lleve a uno último, como entre un eslabón de la narración y otro. Lo más cercano a una narrativa que puede hacerse con esos cuadros sueltos es una curaduría.
   Simplificando mucho, narrar es convertir un segmento de discurso en un eslabón, que será el que reciba al próximo segmento para que se convierta en el próximo eslabón e integre en el mismo acto la cadena. Los eslabones ya se fabrican eslabonados; la narración es esa fabricación, esa máquina de hacer cadenas, como lo ilustra una literal:


2.

   La narración es una secuencia y sería otra en otro orden. La descripción es una lista, que está en algún orden pero podría estar en cualquier otro sin dejar de ser esa misma lista. Es la diferencia que hay entre un conjunto y una serie: un número cardinal nos dice cuántos elementos tiene un conjunto, sin importar en qué orden puedan estar; un número ordinal nos dice qué posición en la serie tiene un elemento, qué término es (el 2º o el 6º de una fila, por ejemplo).
   Hay dos tipos de conjuntos que, por su cardinalidad, aun si no hicieran abstracción de lo ordinal desconocerían lo que es un orden: el conjunto vacío y uno unitario (Borges agregaría un conjunto infinito, pero eso es un prejuicio nacido de su horror infiniti). No sólo con 0 (cero) elementos no hay algo a ordenar, sino tampoco con 1 (uno). Para ignorar o significar un orden se necesitan al menos 2 (dos) elementos. Una lista de 1 item, más que lista es un chiste:

Los Simpsons 03x11: “Burns y los alemanes”

Toma 1
   Conclusión: la lista (o enumeración) mínima no tiene 1 item, sino 2; la cadena mínima no tiene 1 eslabón, sino 2. Para activarse, la diferencia tónica/átona necesita al menos 2 sílabas, el doble de las que tiene un monosílabo. El item y el eslabón solitarios también deberían duplicar su número para ser los primeros de una lista y de una cadena, desde mínimas (2 unidades) en adelante. Menos que eso es como decir que salí 1º en una carrera en la que largué solo: sin nadie que haga al menos de 2º y último, no hay carrera; hay un paseo solitario, aunque sea sobre una pista. Sin 2 no hay diferencia (y a veces tampoco sin 3).

Toma 2
   El 1º grado de tildación (identificación de la sílaba tónica de la palabra) tiene una palabra disilábica (el 2º grado, una trisilábica; etc.); un monosílabo es el grado 0 (cero). El 1º grado de "listacidad" tiene 2 items; el grado 0 es un item solo. El 1º grado de "cadenidad" tiene 2 eslabones; el grado 0 es un eslabón solo. A partir de 2, la lista apila y la cadena eslabona.
   Lista y cadena no definen qué es una descripción y una narración; sólo son su morfología para casos plurales. Es cierto que sus diferencias morfológicas son distintivas, porque indiferente al orden siempre es la atélica descripción y nunca la télica narración. Pero no son diferencias definitorias: no es que algo es una descripción porque no tiene un orden o es una narración porque tiene; al revés: es un agrupamiento sin orden porque es una descripción y uno con porque es una narración. ¿Y si no es un agrupamiento, sino un enunciado suelto? ¿Cómo sabemos si describe o narra?
   Es cierto que ese proto-item o ese proto-eslabón no constituye una lista o una cadena, pero eso no impide que lo reconozcamos como descriptivo o narrativo. Y sabemos que es una cosa o la otra por mera semántica verbal. «Una vaca se comió una flor» es un acontecimiento: se narra, se cuenta; «...porque estaba de muy buen humor» es un estado: se describe (y decir esto sobre esa acción o ese estado es un comentario).