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viernes, 9 de agosto de 2013

Naturalezas 007 (3.2.1)


Cambios leves en el ensayo. En el final de 1.2, decía: "...de evi­tar un cam­bio que pro­fe­ti­zan ca­tas­tró­fi­co)". Ahora dice: "de evi­tar un cam­bio que pro­fe­ti­zan ca­tas­tró­fi­co –como lo será el cambio de locomoción para la tortuga de otra fábula en camino)".
La sección 1.3 terminaba así:
Lo digo de nuevo: la na­tu­ra­le­za, si es ne­ce­sa­rio, puede ser iló­gi­ca, aun si le cues­ta a su por­ta­dor la iden­ti­dad que la so­por­ta. Esta na­tu­ra­le­za hi­per­bo­li­za­da, lle­va­da al ab­sur­do, tiene de fuer­te lo que no tiene de sabia, o sea, es ar­bi­tra­ria­men­te au­to­ri­ta­ria: ti­rá­ni­ca.
Ahora termina así:
Lo digo de nuevo: la naturaleza, si es necesario, puede ser ilógica, aun si le cuesta a su portador la identidad que la soporta.
Esta naturaleza hiperbolizada, llevada al absurdo, tiene de fuerte lo que no tiene de sabia, o sea, es arbitrariamente autoritaria: tiránica. Pero no es el deseo de una autoridad dictatorial lo que hace que se elija contar el cuento para ilustrar el caso, sino el verla como una exageración publicitaria, una caricatura hecha para captar la atención mientras se transmite el mensaje de cuán fuerte es esa naturaleza (magnitud que es la unidad de medida que al exagerarse se multiplica –basta saber por cuánto para conocerla).
En la sección 3, primer párrafo después de la transcripción de la fábula de la tortuga y el águila, hasta esta madrugada decía:
Y más que pro­me­ter­lo, lo de­mues­tra tan ló­gi­co como ele­gir vivir en vez de morir. Con ese in­te­rés en juego, la rana no ne­ce­si­ta con­fiar en la pa­la­bra del es­cor­pión; le al­can­za con con­fiar en su pul­sión (o ins­tin­to) de vida.
Ahora dice:
Y más que prometerlo, lo demuestra tan lógico como elegir vivir en vez de morir.
Con ese interés en juego, la rana no necesita confiar en la palabra del escorpión; le alcanza con confiar en su instinto de conservación (o pulsión de sobrevida). Fuerza de conservación de una identidad, la del escorpión, que es superada por la fuerza de la naturaleza inoculadora que tiene esa identidad; de nuevo: la obediencia a esta fuerza supera a los reflejos de la otra.
Sobre el final de la sección 3.2, acabo de agregar los paréntesis con los dos tipos de culminación que representan las consumaciones del negro y de Beatrix:
Para el negro, es el momento que justifica una vida (la culminación de un todo: un cierre); para Mamba Negra, el momento que la corta en dos (la culminación de una parte: un hito).
En el comienzo de la sección 4, cambié el paréntesis sobre "destino/sentido", que decía "(el anagrama es casual)" y ahora dice "(oportunísimo anagrama)".

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