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sábado, 17 de agosto de 2013

Naturalezas 017 (5.0.1)


Le restituí el carácter de texto oculto al bloque que habla de "La Biblioteca de Babel" y, dentro, de Tlön (ahora en vez de hacerlo dentro de otro bloque oculto lo hace debajo y aun más indentado).
Agregados hice parciales en dos zonas diferentes del ensayo. Antes, el último párrafo de 1.3 decía:
Esta naturaleza hiperbolizada, llevada al absurdo, tiene de fuerte lo que no tiene de sabia, o sea, es arbitrariamente autoritaria: tiránica. Pero no es el deseo de una autoridad dictatorial lo que hace que se elija contar el cuento para ilustrar el caso, sino el verla como una exageración publicitaria, una caricatura hecha para captar la atención mientras se transmite el mensaje de cuán fuerte es esa naturaleza (magnitud que es la unidad de medida que al exagerarse se multiplica –basta saber por cuánto para conocerla).
Ahora dice:
Esta naturaleza hiperbolizada, llevada al absurdo, tiene de fuerte lo que no tiene de sabia, o sea, es arbitrariamente autoritaria: tiránica. El escorpión es tratado por su naturaleza como los súbditos de otra historia ilustrativa son tratados por su rey, que para mostrarle su poder a un visitante los hace marchar por una montaña hasta despeñarse dócilmente, uno por uno, miles o millones.
Pero puede que no sea el deseo de una autoridad dictatorial lo que haga que se elija contar el cuento para ilustrar el caso, sino el verla como una exageración publicitaria, una caricatura hecha para captar la atención mientras se transmite el mensaje de cuán fuerte es esa naturaleza (magnitud que es la unidad de medida que al exagerarse se multiplica –basta saber por cuánto para conocerla).
En 1.2.1, decía:
Una ley que regule interacciones humanas no puede dejar de sonar absurda o abusiva cuando pretende emular la irreversibilidad que se le atribuye a la naturaleza (y que sólo le es estrictamente atribuible a la muerte, o sea, al fin de esa identidad y su naturaleza).

Ahora dice:
Una ley que regule interacciones humanas no puede dejar de sonar absurda o abusiva cuando pretende emular la irreversibilidad que se le atribuye a la naturaleza (y que sólo le es estrictamente atribuible a la muerte, o sea, al fin de cualquier identidad, cualquiera sea su naturaleza –o, para decirlo sin compromisos ontológicos, cualquiera sea la categoría a la que se la adscriba, la membresía que se le dé).
Donde antes decía "...el prodigio de darse un alma y...", ahora dice: "...el prodigio de darse un alter ego inmortal (un alma, por ejemplo) y...". Luego del punto final del ensayo, le agregué una frase más, pero me arrepentí recién; decía esto:
Si es el primer caso, empieza la competencia en el hábitat de almas: cuál de esos sentidos son subsidiarios, secundarios, protagónicos, etc., como si nos preguntáramos por el alcance y, en general, el valor de esa trascendencia que es parte del disfraz de alma (es decir, que viene incluida entre el cotillón de ese alter ego.)

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