Ayer, 23/4/23, desoculté el bloque de acotación sobre Nicolás de Cusa, en la última sección del ensayo, que estaba oculto detrás de un asterisco en el final del párrafo anterior. Además, le agregué a continuación de la foto de mi pared, que llega a 6 círculos excéntricos, unas líneas introductorias y un video que desarrolla 10 círculos, cada uno con un diámetro del doble del anterior (lo musicalicé, creo que innecesariamente, con el comienzo de un solo de piano –estoy casi seguro que esa melodía la saqué de algún lado, allá por mis 22 años, pero no recuerdo de dónde). Lo puse visible porque necesitaba linkearlo desde el ensayo que subí anoche, “Sea lo que sea”, que termina con una referencia a Nicolás de Cusa y su ver en una línea recta infinita el arco de un círculo infinito. Copio donde empieza el ancla, al 3º párrafo de la sección 8, la última:
Ahora sí, los objetivos. Los datos del relato y sus temas –la comprensión de lectura– no se ven alterados ni durante ni al cabo del análisis; a diferencia de las lecturas explicativas, acá la verdad y el sentido del relato no son la meta del trabajo crítico, sino apenas su punto de partida. La meta –o al menos el efecto– de estos análisis es cierta redefinición de la comprensión del objeto, a la manera en que lo hace Nicolás de Cusa cuando nos ofrece ver en una línea recta infinita «el arco de un círculo infinito», sin que deje de ser una línea recta.
Las seis palabras entrecomilladas pertenecen al cuento “Abenjacán el bojarí, muerto en su laberinto”, de Borges:
«Repechando colinas arenosas, habían llegado al laberinto. Éste, de cerca, les pareció una derecha y casi interminable pared, de ladrillos sin revocar, apenas más alta que un hombre. Dunraven dijo que tenía la forma de un círculo, pero tan dilatada era su área que no se percibía la curvatura. Unwin recordó a Nicolás de Cusa, para quien toda línea recta es el arco de un círculo infinito...»Aun si no toda línea recta es el arco de un círculo infinito, el arco de un círculo infinito es una línea recta. Con mayor precisión, el círculo es de área infinita pero limitado (tiene una circunferencia, como cualquier otro, más allá de la cual ya estamos fuera del círculo). Y siendo un poco más preciso, la infinitud de su área y la rectitud de su arco sólo tienen lugar en el límite de una sucesión infinita de círculos excéntricos (con diámetros que se van duplicando: 1 cm, 2, 4, 8, 16, ...).
Cuanto más grande es un círculo de la serie, más se aproxima su borde a la recta de la tangente horizontal inferior; un círculo tan grande que sea infinito tendrá un arco tan estirado que será recto (y se confundirá con la tangente). Si teñimos esas áreas con una gradación del negro al blanco, sólo el círculo infinito será blanco. Algo así:
Con seis círculos todavía vemos redondez, pero ya el décimo nos empieza a parecer recto allá abajo, con este recorte y desde esta distancia y perspectiva:
Una visión no sustituye a la otra, ni la refuta ni la corrige; simplemente se ubica del otro lado de un signo de equivalencia que las relaciona, que presenta a una como visión alternativa de la otra. [...]
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